lunes, 19 de junio de 2017

¡Acción directa popular para enfrentar el ajuste y la represión!



Coyuntura  Junio 2017

Dando una mirada superficial sobre los hechos más relevantes de la escena política nacional, nos encontramos con una coyuntura marcada casi únicamente por los avatares electorales. El cierre de listas de los distintos partidos, la posibilidad o no de que Cristina sea candidata, las duras negociaciones de la izquierda electoral por los lugares en las boletas, se suman al altísimo grado de descomposición de la politiquería burguesa, que se expresa en alianzas que desvirtúan cualquier vestigio de convicción política. Un verdadero circo electoral.
Pero si nuestra mirada va más allá de lo superficial, y ponemos el foco en el escenario de la lucha de clases, nos encontramos con que las batallas que se están dando, en ese plano, son mucho más significativas que cualquier elección.
Por un lado el gobierno, aun con todos los condicionantes que implica estar en campaña, avanza con su plan de ajuste. La inflación sigue creciendo, al igual que los despidos y suspensiones. En este marco la quita de pensiones por discapacidad, es expresión de la brutalidad del ajuste en marcha. Aun así, podemos esperar cierto recrudecimiento de este tipo de medidas para después de los comicios.
Los acuerdos con el imperialismo, marcan claramente su objetivo estratégico: reducir el gasto público y el déficit fiscal, así como atacar derechos laborales y previsionales, mientras el endeudamiento facilita la gobernabilidad y las negociaciones con distintos factores de poder. Macri busca posicionarse en el mundo como un abanderado del libre mercado, con todo lo que eso significa para países dependientes como el nuestro, más extractivismo, saqueo y devastación.
El acuerdo con la burocracia petrolera en “Vaca Muerta”, es el modus operandi que se pretende aplicar a todos los gremios. Ya se avanzó con Gerardo Martinez de la UOCRA, con el ex-cristinista Aldo Pignanelli, y se intentará llevar al plano de la educación de la mano de una supuesta imitación del modelo finlandes. Con el visto bueno de las burocracias, el gobierno busca desregular lo más posible las relaciones laborales, afectando los convenios colectivos, el salario, y las condiciones de seguridad de los/las trabajadores. Sumado a que se busca también limitar el ejercicio del derecho a huelga.
Es necesario tener presente aquí un dato de la coyuntura latinoamericana, el ajuste que se aplica a escala regional es importantísimo para las clases dominantes. Si analizamos, por ejemplo, lo que pasa en Brasil, nos encontramos con que el ajuste había comenzado tímidamente con Dilma, se profundiza con Temer, y aun con masivas movilizaciones, y la realización de un paro general, cierta parte de las instituciones de dominación sostienen al gobierno para garantizarlas reformas laborales y previsionales.
Las clases dominantes tienen claro lo que buscan con su programa, si el mismo se lleva a cabo o no por medios democráticos-burgueses es un dato accesorio. Es a esta ofensiva regional a la cual hay que oponerle una resistencia de las organizaciones populares autónomas de nuestra américa latina.
En lo local entendemos que sea cual sea el resultado electoral, el programa de ajuste se llevará adelante, y la única forma de frenarlo es con la acción directa popular. Así la participación en las elecciones no hacen más que debilitar esta vía y facilitar un clima político-institucional que hace posible la avanzada sobre los derechos de los y las de abajo.  
Para nosotros/as el camino, es el que tomaron los colectiveros/as de Córdoba, con un paro a pesar de las burocracias, las patronales, los medios de comunicación y apuntalado por la solidaridad de clase. Realizado en contra de una paritaria que recorta su salario, que se cerró por métodos burocráticos sin participación alguna de la base y los despidos de más de 80 trabajadores/as.
Con respecto a la intención de quitar las pensiones por discapacidad, queda clara la capacidad de respuesta del pueblo, que viene poniendo límites al ajuste a través de la movilización popular, y obliga una vez más al gobierno a retroceder, al menos parcialmente, en este tipo de medidas.
 También desde el sur del país se están dando lecciones de resistencia. Las movilizaciones en Santa Cruz, una provincia quebrada por el Kirchnerismo y asfixiada por Cambiemos, logró poner casi al borde de la destitución a Alicia Kirchner, ante los reclamos por falta de pagos a docentes y jubilados. Y aun con el rescate financiero del gobierno nacional, no se logra desmovilizar al pueblo santacruceño. La huelga docente continúa y lleva más de 70 días de paro, sumado a la toma de la casa de gobierno de Santa Cruz, por parte de los jubilados, en la cual la policía, en un acto de rendición desistió de reprimir, permaneciendo desarmados. En Rio Negro una movilización en contra del endeudamiento termina con el encarcelamiento de Rodolfo Aguiar y Aldo Capretti dirigentes de ATE, lo que luego desencadena varios piquetes, movilizaciones y paros regionales, logrando su liberación y exigiendo el cese de la persecución política.
Además un sector de las organizaciones sociales siguen movilizadas en varios puntos del país denunciando el crecimiento del hambre, la desocupación y la precarización en los barrios a pesar del acuerdo que el triunvirato piquetero mantiene con el gobierno. El eufemismo de la “economía popular”, creado por el triunvirato a través de la ley de emergencia social, prendió rápidamente en el discurso estatal.  El gobierno logró gracias a la ayuda del Papa, quien gerencia al triunvirato, ocultar los porcentajes altísimos de desocupación y marginalidad que se sufre en el país. Ahora a los trabajadores desocupados se les llama trabajadores de la “economía popular”.
En materia de DDHH fue también muy importante la resistencia que encontró el infame fallo del 2 por 1 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. No fue más que la lucha en la calle lo que frenó esta medida, al poner contra las cuerdas a los sectores dominantes demostrando que no se iba a permitir este atropello, obligando a dar un tratamiento exprés de una ley que limite este beneficio a los represores. Dos grandes jornadas de movilización contaron con presencia masiva en diferentes puntos del país, la primera fue el 4 de Mayo, como reacción inmediata al voto de la corte, donde diferentes organizaciones se dieron cita en la tradicional ronda que organismos de derechos humanos sostienen de forma permanente. Luego será el 10 de Mayo donde se hará una convocatoria de mayor masividad, logrando a pesar de intenciones de acumulación de tipo electoralista de algunos sectores políticos, dar un golpe en unidad que sería clave para frenar la aplicación de esta ley.
La lucha feminista continúa siendo un polo de acumulación de resistencias muy importante. Se sostiene, por ejemplo, la masividad de la convocatoria del 3 de junio con la consigna “Ni una menos”. Y ha sido una gran victoria de la lucha feminista la excarcelación de “Higui”, quien estuvo presa desde octubre hasta junio por defenderse de una violación “correctiva”, en la cual participaron 10 hombres que buscaban “curarla” de su condición de lesbiana.  Aunque hay que decirlo, la violencia machista tampoco parece dar tregua, ya que se multiplican los femicidios, y mucho de ellos son de una brutalidad inusitada.
Es difícil poder dar cuenta, de forma exhaustiva, de la cantidad de episodios de resistencia que se están dando a lo largo y ancho del país durante los últimos meses desde distintos sectores en lucha, como así también, es difícil tener un registro total de la reacción  represiva del estado. Lo que intentamos dejar plasmado aquí es que la respuesta popular viene siendo contundente (y tal vez está teniendo mayor gravitación en lo que se denomina erróneamente el “interior” del país), aunque  todavía no toma forma de un cuerpo articulado, con un programa común gestado desde las bases.
Para enfrentar a los proyectos de dominación de la clase dominante, es imprescindible fomentar la organización de  los sectores oprimidos y  la búsqueda de la unidad en la lucha, siempre apuntando a que la misma se exprese en la calle, como terreno de la política de los y las de abajo.
La acción directa popular es el único camino para enfrentar el ajuste y la represión. Desde la FAR apuntamos a contribuir a su organización y su proyección hacia la construcción de poder popular y socialismo libertario.